Nuevas maneras de enseñar para una mayor implicación

Los centros escolares y las aulas no deben de ser tomadas como un lugar ajeno ni para los propios alumnos ni para los padres de los mismos. La implicación y la motivación de todas las partes es fundamental para hacer de los centros escolares un lugar en el que todos los actores implicados estén a gusto y puedan desempeñar sus funciones de la mejor manera posible, ya que esto redundará posteriormente en los resultados.

En esta entrada me gustaría centrarme en la motivación del alumnado. Parece bastante unánime entre profesores y padres que a los estudiantes les gusta bastante poco asistir a clase, es decir que no encuentran ningún incentivo ni motivación para acudir cada día a las aulas. Y este es un problema bastante serio. 

Es necesario tomar medidas por parte de los centros y del profesorado para motivar a los alumnos en el aprendizaje. A casi todos los adultos si no tuviéramos una motivación (vocacional o simplemente económica) al acudir diariamente a nuestro puesto de trabajo se nos haría bastante acudir a nuestro puesto. Pues esto mismo ocurre con el alumnado. 

Para aplicar esta motivación en los estudiantes y que obtengan mejores resultados y se encuentren más cómodos en el centro escolar es necesario conocer en primer lugar sus inquietudes y sus gustos para a través de ellos acompañarles en el aprendizaje. Es decir, convertir a los alumnos en el centro de las clases.

Además, a día de hoy las tecnologías de la información son la herramienta más utilizada por los y las jóvenes de hoy en día, por tanto en estas TIC el panorama educativo tiene un importante filón para acercar  a los alumnos al aprendizaje más allá de una pizarra verde con una tiza blanca. 

Hablando su idioma los profesores y alumnos se entenderían mejor.